Un príncipe en camino a la perfección sabe que ésta se alcanza con trabajo duro. Pienso, por ejemplo, en todos esos tipos que se cegaron por sus depresiones, que dejaron de alimentarse, que dejaron de moverse y que culparon a Ana por todo aquello. Pienso en ellos y solo puedo decir que lo único evidente es que eran unos holgazanes buenos para nada.
Un príncipe no llora ni se auto compadece; un príncipe no hace ayunos pues eso le quita su hombría; un príncipe es poderoso; un príncipe nunca es perezoso.
Como príncipe de Ana es tu deber hacer tanto ejercicio como puedas. Ciertamente si nunca en tu vida has hecho ejercicio lo lógico es que te parezca algo pesado. Pero eso no debe detenerte, si no te comprometes e inicias con el ejercicio probablemente nunca en tu vida lo hagas. Hacer ejercicio te exige energía, te exige ánimo. Si te ejercitas diariamente tu mente estará ocupada. Moldearás poco a poco tu cuerpo, un cuerpo varonil, un cuerpo perfecto.
Un príncipe nunca hace menos de una hora de ejercicio diario. Si sigues esta simple ley Ana te bendecirá. Si la ignoras, atente a las consecuencias.
“Había una vez, en un reino muy cercano, un príncipe imperfecto que se moría por alcanzar la perfección. La reina Ana le dio un espacio en su maravilloso reino; y le prometió ayudarle en cada una de sus andanzas, en cada una de sus batallas”. Este es un blog Pro-Ana dedicado a todo aquel príncipe imperfecto que busque la ayuda de la hermosa reina Ana.
Quiero ser perfecto
ResponderEliminarAntes lo era… hoy en día regresan todos esos pensamientos y solo veo fallos.. partes de mí que debo arreglar y volver a moldear..
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